¿Le apasiona Caravaggio? ¿Le gustaría saber cuáles son los cuadros de Caravaggio que se encuentran en Sicilia? ¡Excelente! Este artículo es para usted. Un viaje a Sicilia le dará la oportunidad de apreciar de cerca tres de sus cuadros: El Entierro de Santa Lucía, La Resurrección de Lázaro y La Adoración de los Pastores. Además, hay una reproducción de la Natividad con San Francisco y San Lorenzo, realizada por Factum Arte para Sky, después de que el cuadro fuera misteriosamente robado en 1969.
La llegada de Caravaggio a Sicilia
¿Por qué están los cuadros de Caravaggio en Sicilia? ¿Se lo ha preguntado alguna vez? La razón es que Michelangelo Merisi, conocido como Caravaggio, era tan inquieto como talentoso. Durante su estancia en Roma en 1606, mató a un tal Ranuccio Tommasoni da Terni en una de sus frecuentes peleas y fue condenado a muerte por decapitación. Esto obligó al pintor a abandonar la capital y huir primero a Nápoles y luego a Malta. Aquí, sin embargo, fue detenido tras una nueva pelea y encerrado en la prisión de Sant’Angelo, en La Valeta. Tras una audaz fuga, llegó a Siracusa en octubre de 1608. Desde el punto de vista artístico, Caravaggio tuvo un impacto muy significativo en otros pintores que trabajaban en Sicilia. Algunos de ellos intentaron imitar su estilo y, por ello, se les conoce como los “Caravaggeschi”. Entre ellos destacan Filippo Paladini, Alonzo Rodríguez y Mario Minniti.
El cuadro de Caravaggio en Siracusa
En la iglesia de Santa Lucía al Sepolcro hay un cuadro que representa el Entierro de Santa Lucía. Caravaggio decidió no representar su martirio, como era tradicional, sino el momento de su entierro. La escena se desarrolla en un oscuro ambiente subterráneo, probablemente las Catacumbas de Santa Lucía. En primer plano están los dos sepultureros, que cavan apresuradamente la tumba en la que depositarán el cuerpo sin vida de Lucía. La muchacha yace en el suelo, con la herida del cuchillo (jugulatio) bien visible en el cuello. La escena tiene lugar ante un pequeño círculo de personas, entre las que se encuentran el obispo de Siracusa y un soldado. Los personajes se concentran en la parte inferior del cuadro y detrás de ellos se ve un muro de piedra con un arco. Ocupa más de la mitad del lienzo, lo que aumenta el dramatismo de la obra maestra de Caravaggio.
El Entierro de Santa Lucía
En la iglesia de Santa Lucía al Sepolcro hay un cuadro que representa el Entierro de Santa Lucía. Caravaggio decidió no representar su martirio, como era tradicional, sino el momento de su entierro. La escena se desarrolla en un oscuro ambiente subterráneo, probablemente las Catacumbas de Santa Lucía. En primer plano están los dos sepultureros, que cavan apresuradamente la tumba en la que depositarán el cuerpo sin vida de Lucía. La muchacha yace en el suelo, con la herida del cuchillo (jugulatio) bien visible en el cuello. La escena tiene lugar ante un pequeño círculo de personas, entre las que se encuentran el obispo de Siracusa y un soldado. Los personajes se concentran en la parte inferior del cuadro y detrás de ellos se ve un muro de piedra con un arco. Ocupa más de la mitad del lienzo, lo que aumenta el dramatismo de la obra maestra de Caravaggio.
Los cuadros de Caravaggio en Mesina
La segunda parada de nuestro viaje para descubrir los cuadros de Caravaggio en Sicilia nos lleva a Mesina, donde Caravaggio se trasladó tras pasar unos meses en Siracusa. Una visita al Museo Regional de Mesina (Mu.Me) le permitirá admirar dos obras maestras del maestro lombardo.
La Resurrección de Lázaro
El primer cuadro de Caravaggio que podrá contemplar en Mesina es La resurrección de Lázaro. El mercader genovés Giovanni Battista Lazzari encargó al pintor lombardo este cuadro nada más llegar a la ciudad del Estrecho. La escena representa el momento exacto en que Cristo resucita a Lázaro con el “soplo” de su voluntad. El cuadro recuerda a otro suyo, La llamada de San Mateo, pintado en Roma unos años antes. Sin embargo, en este cuadro la luz no es directa, sino más tenue, lo que crea un efecto más dramático. El cuadro se considera uno de los más representativos de la última fase artística de Caravaggio, los años dedicados a una mayor experimentación con la luz, tendente casi a “borrar” a los personajes.
La Adoración de los pastores
Justo enfrente de La Resurrección de Lázaro se encuentra la otra obra maestra de Caravaggio en Mesina: La Adoración de los pastores. Este cuadro fue encargado directamente por el Senado de Mesina para la iglesia de Santa Maria la Concezione dei Padri Cappuccini. El cuadro está directamente influenciado por las creencias de esta orden religiosa. De hecho, Caravaggio representa una “Natividad pobre”, un género que iba a tener mucho éxito en la pintura de los siglos XVII y XVIII. La escena se desarrolla en un establo, con María, agotada por el viaje y el parto, tendida en el suelo con el niño dormido en su regazo. No hay adornos ni detalles superfluos. El único presente es la cesta que vemos en primer plano a la izquierda, que contiene una hogaza de pan, una servilleta y un cepillo. El estilo pictórico de Caravaggio durante su estancia en Mesina se hizo característico, las pinceladas eran rápidas y amplias, y la inquietud del artista se reflejaba en los ojos y las expresiones faciales de los personajes.
La pintura de Caravaggio en Palermo
La última parada de este itinerario que explora la obra de Caravaggio en Sicilia nos lleva a Palermo. El pintor recibió puntualmente el encargo de la orden franciscana de pintar un Nacimiento con San Lorenzo y San Francisco de Asís, que se colocaría en el Oratorio de San Lorenzo, en el barrio de Kalsa. Sin embargo, a diferencia de los otros cuadros, el que se puede ver en Palermo es sólo una reproducción realizada por Factum Arte y encargada por Sky. De hecho, el cuadro original fue robado el 18 de octubre de 1969 y, a pesar de las diversas investigaciones realizadas hasta la fecha, sigue desaparecido. El FBI incluyó el cuadro entre las diez obras maestras robadas más buscadas del mundo.
Natividad con los santos Lorenzo y Francisco de Asís
En la Natividad con los santos Lorenzo y Francisco de Asís, lo que nos sorprende es, una vez más, el increíble realismo y autenticidad de la escena pintada. En el Caravaggio de Palermo, cada personaje está plasmado en una pose natural. La Virgen tiene los rasgos de una mujer corriente y parece especialmente melancólica, como si ya fuera plenamente consciente del destino que le espera a su hijo. El niño está representado como un niño corriente y no en actitud de oración o de juicio, como era habitual en las imágenes más antiguas. San José aparece de espaldas y es inusualmente joven en comparación con la iconografía tradicional. Está hablando con un personaje que podría ser fray Leone. La figura de la izquierda es San Lorenzo, mientras que la de la derecha es San Francisco, cuya presencia en la obra es seguramente un homenaje al Oratorio en el que iba a situarse la obra. En 1609, exactamente un año después de su llegada a Sicilia, Caravaggio continuó sus viajes, regresando a Nápoles. Usted, por su parte, puede seguir explorando todos los demás encantos que le ofrece Palermo.
